Se alista la UNIVA Vallarta para recibir a los Santos Difuntos.
Por: Carmina López Martínez
El maestro Luis Ignacio Zúñiga Bobadilla, director general de la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA) invitó a todos los estudiantes de esta Casa de Estudios a participar en la conformación de ofrendas a sus difuntos, esto desde una perspectiva de la tradición mexicana. Ha pasado el tiempo y esta tradición del Día de Muertos se ha conservado gracias al fervor y la religiosidad con la que el pueblo mexicano la ha transmitido por generaciones. La esencia de esta celebración no ha cambiado mucho. Este hecho nos habla del gran pasado histórico-cultural que tiene nuestro país y del cual debemos sentirnos orgullosos. Sin embargo, esta tradición tan importante está en riesgo debido a la influencia de costumbres extranjeras ajenas a nuestro contexto cultural, nuestro deber es conservarla.
El coordinadora de Bienestar y Desarrollo Institucional, Cristina Mireya Guzmán Acosta, informó que las bases para el concurso y los premios a otorgar ya fueron difundidos por esta coordinación a su cargo y adelantó que podrán participar todos los grupos académicos, solamente “tendrán que apegarse a las bases que se han determinado para este importante evento, así como los sitios que se les asignará a los que participen”, explicó la funcionaria universitaria.
Una importante tradición mexicana.
El Mtro. Luis Zúñiga Bobadilla, realizó diversas reflexiones de lo que significa esta celebración y el interés que despierta en la comunidad basados en la nuestra cultura. Dijo “estos festejos deben enmarcarse en el mayor respeto a los que se nos adelantaron. Demostrarles el cariño que se les tuvo en vida, ofrecerles durante el mes de noviembre: alimentos de su preferencia, vino, agua, pan, sal, velas (cirios), incienso, juguetes, dulces, frutas de temporada, veladoras y otros productos que los familiares consideren fueron del gusto del difunto”.
Conocedor de estos eventos, el maestro Zúñiga Bobadilla lo demostró al señalar los significados de cada uno de los elementos que se colocan en la ofrenda, las fechas que ha introducido la iglesia católica son: para los chicos el primero de noviembre y para los grandes el día dos. Mencionó los distintos elementos que conforman las ofrendas: Flor de cempaxúchitl: Representa la fugacidad de la vida.
Figuran imágenes de santos y una cruz, que representan la resurrección y la vida. Agua: Representa el principio de la vida, purifica y lava. Tierra, representada por frutos. Cirios: Sirven para guiar los pasos de las ánimas en su viaje a la eternidad. Sal: Representa que nosotros algún día nos convertiremos en sal. Incienso: se utiliza como medio de unirse a Dios con la oración. Y lo fundamental de todo esto: colocar la ofrenda en un lugar especial para los que recuerdan la ausencia del ser querido.
Respeto a nuestros difuntos.
Por su parte de la coordinadora de Bienestar Universitario, visiblemente emocionada agregó “las ofrendas contienen fruta, pan, conservas, tamales, mole, dulces, el tradicional pan de muerto; flores, veladoras, imágenes de santos y fotografías del los difuntos, además de banquitos o sillas para que lleguen a comer los espíritus. También se colocan sus pertenencias en vida: ropa, cigarros, botellas de licor…” Después de la celebración, los familiares e invitados se reúnen tradicionalmente para comer lo que “los muertitos dejaron” en la ofrenda, teniendo así un nuevo motivo para celebrar.