Esta bailarina desafía los estándares y nos muestra por qué debemos amarnos
Todos podemos ”bailar”, lo hacemos en fiestas cada fin de semana, entre amigas, como ejercicio y para divertirnos. Ahora bien, bailar profesionalmente es otra historia. Ser bailarina no es tarea fácil: requiere mantener una inquebrantable disciplina. Pero cuando de sacrificios, sufrimiento y esfuerzo se trata, el ballet se lleva todos los premios.
Frostine Shake es una joven estadounidense que comenzó clases de ballet cuando era pequeña, pero se vio obligada a abandonarlo porque no cumplía con los requisitos necesarios para seguir practicándolo: ser delgada.
Sin dudas, el caso de Frostine es un claro ejemplo de que en lugar de obedecer a los ridículos y estrictos estereotipos que se imponen en la sociedad, debemos luchar por romperlos y crear otros que se adecúen a cada una de nosotras. Su mensaje es que nadie puede decirnos qué somos o qué podemos ser: ese privilegio está en nuestro poder.
Entonces, la única manera de lograr que estos estándares dejen de existir es desobedeciéndolos.
¿Te unes en la lucha?
Fuente: Imujer.com