Piedras en el riñón: por qué aparecen y cómo se curan
Las piedras en el riñón son un mal común y doloroso, en especial a la hora de expulsarlas… pero ¿qué causa que aparezcan los cálculos renales? Si crees que es un “defecto” de tu cuerpo, te contamos más sobre este padecimiento, cuáles son los tratamientos recomendados y cómo se pueden prevenir.
Una de las etapas más complicadas que he vivido con mis papás siendo yo adulta, fue cuando a mi papá le detectaron piedras en el riñón, pues fueron muchos años los que aguantó el dolor y se resistió a la cirugía, hasta que esta fue inevitable y más invasiva y dolorosa de lo que hubiera sido si los hubiera atendido en un inicio.
Quizá esta anécdota te suene conocida, pues muchas veces subestimamos nuestras molestias o las dejamos pasar, ya sea porque tienes trabajo, compromisos, no puedes “darte el lujo” de enfermarte o parar, o también, por miedo a la cirugía o el tratamiento, sin embargo, cada enfermedad y síntomas merecen atención.
¿Qué son las piedras en el riñón?
Médicamente llamados cálculos renales, litiasis renal o nefrolitiasis, son depósitos duros de minerales y sales que se forman en uno o ambos riñones cuando hay niveles altos de estos componentes en la orina. No suelen causar daño permanente, siempre y cuando sean tratados.
Especialistas de Mayo Clinic, explican que la mayoría de los cálculos renales son de calcio, generalmente en forma de oxalato de calcio, que se encuentra en los alimentos, aunque también el hígado lo produce.
¿Por qué salen piedras en el riñón?
De acuerdo al Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIH), éstas se forman cuando hay niveles altos de calcio, oxalato y fósforo en la orina; estos minerales suelen encontrarse en la orina, pero en niveles bajos, por lo que no causan problemas.
Dependiendo de lo que estén formados, pueden tener relación con tratornos metabólicos, migrañas, medicamentos, infecciones de vías urinarias, enfermedades como la gota o malos hábitos como no beber agua o llevar una dieta rica en proteínas.
En ese sentido, Mayo Clinic revela que en el caso de los cálculos de calcio (los más comunes) la alimentación, altas dosis de vitamina D, cirugía de bypass intestinal y trastornos metabólicos, pueden aumentar la concentración de calcio u oxalato.
Por lo tanto, descartando los factores genéticos u otros trastornos, es importante poner atención a tu alimentación y hábitos, pues juegan un papel muy importante a la hora de desarrollar piedras en el riñón. Una alimentación rica en proteínas, sodio y azúcar, aumenta tu riesgo, lo mismo ocurre con la deshidratación y un perímetro de cintura ancho o índice de masa corporal elevado.
Asimismo, si alguien de tu famila los sufre o los padeciste previamente, puedes tenerlos, de ahí la importancia de relizarte chequeos.
¿Cuáles son los síntomas de cálculos renales?
Los cálculos renales pueden no causar síntomas, de hecho, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, señala que incluso pudes eliminarlas sin ayuda médica, pero cuando se atoran en las vías urinarias, causan un gran dolor y es posible que requieran atención médica. Por lo tanto, debes estar atenta a si sientes:
* Dolor de espalda o costado intenso que no desaparece. En las mujeres el dolor puede pasar a la ingle o incluso los labios vaginales.
* Sangre en la orina.
* Fiebre y escalofríos.
* Náuseas y vómitos.
* Orina con mal olor o turbia.
* Ardor al orinar.
* Orinar en pequeñas cantidades o con mayor frecuencia.
El dolor puede durar poco tiempo o mucho, e incluso ir y venir. Recuerdo que mi papá podía estar bien y de repente sentir un dolor insoportable, él decía que “se le movía la piedra”, lo cual tiene cierta lógica, pues especialistas señalan que el dolor puede cambiar a medida que el cálculo se desplaza a través de las vías urinarias.
Para confirmar que se trata de piedras renales y no otro padecimiento, los especialistas suelen realizar pruebas de laboratorio (orina y sangre) para determinar si hay minerales que puedan ocasionarlas. Asimismo, se pueden realizar radiografías abdominales y tomografías computarizadas para ubicar la localización de la piedra, tamaño y si está bloqueando las vías urinarias.
¿Cómo expulsar piedras del riñón?
La sola idea de pensar en expulsarlas, causa dolor, sin embargo, si puedes hacerlo, significa que son pequeñas y, por lo tanto, no requieren algo invasivo para sacarlas de tu cuerpo. De acuerdo a los especialistas, para ayudarte a expulsarla, puedes:
* Beber entre 2 y 3 litros de agua al día para limpiar el aparato urinario, eso sí, evita los refrescos, jugos u otros elementos, lo mejor es agua simple. Consulta con tu médico para verificar que no haya una contraindicación.
* Tomar medicamentos para el dolor. Dado que no es agradable expulsarlos, puede ser necesario tomar algún analgésico, sin embargo, éste debe ser recetado por tu médico.
* Existen medicamentos que son de ayuda para expulsar los cálculos, una vez con tu diagnóstico, es probable que tu médico te lo recete o puedes preguntarle.
Una vez expulsada la piedra, quizá sea necesario analizarla para saber de qué estaba formada y atender el problema… pero ¿qué pasa en casos como el de mi papá en los que los cálculos son más grandes o bloquean las vías urinarias? Es necesario atacar desde otro frente con métodos más invasivos que logren extraer la piedra o romperla en pedazos pequeños para que puedan ser expulsados.
Algunos métodos funcionan a través de ondas de choque que justamente hace “pedacitos los cálculos”, también es posible introducir un citoscopio dentro de la uretra para ubicar la piedra, sacarla y romperla en pedazos.
La última opción es una cirugía, usada especialmente cuando son muy grandes y consiste en la extracción mediante instrumentos y telescopios pequeños que se introducen a través de una incisión en la espalda. Está de más decir que fue por la que tuvo que pasar mi papá.
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¿Se pueden evitar los cálculos renales?
El NIH, subraya que tomar suficiente líquido, es la principal herramienta para prevenir las piedras en los riñones, lo cual es recomendado a menos que tengas insuficiencia renal. Entre litro y medio y 2 litros son lo indicado.
Por otro lado, es importante mantener un peso saludable, pues estudios han demostrado que el sobrepeso aumenta el riesgo de piedras.
De igual modo, Mayo Clinic recomienda una dieta baja en sal y proteínas animales, así como en alimentos ricos en oxalatos, como el betabel, espinaca, acelga, camote, nueces, té, chocolate y productos de soya, esto es especialmente importante si tiendes a formar cálculos de oxalato de calcio.
Por esa razón es importante, si ya tuviste piedras, identificar qué tipo fue para saber qué alimentos debes cuidar consumir en menor cantidad. Asimismo, existen medicamentos que pueden ayudarte a controlar la cantidad de minerales y sales en la orina de acuerdo a tus cálculos renales.
Conocer tu cuerpo y atender sus señales, es muy importante para prevenir mayores complicaciones. Si tienes antecedentes de piedras en el riñón, no dejes de monitorearlas, recuerda que tu salud es muy importante para tenerla sólo como un pendiente. Asimismo, no olvides que la importancia de llevar una buena alimentación y hábitos que te mantengan saludable.
Fuente: Salud180.com