Chivas, bajo la mirada de un fraile y singulares personajes
El torneo ha ido mejorando de malo a regular, porque hasta el momento son más las derrotas que victorias obtenidas del Guadalajara. Tres caídas, dos victorias y seis empates, es la cosecha en el Clausura 2016, pero esto no importa a los fieles seguidores rojiblancos, entre los cuales hubo personajes de todo tipo, desde un fraile franciscano, un cantante que le compuso una canción al “Rebaño”, un entrenador con nombre raro y uno que otro seguidor que olvidó el disfraz de payaso con humor negro.
En el entrenamiento de este jueves en las instalaciones de Verde Valle, los rojiblancos recibieron la visita de poco más de 500 personas, en su mayoría niños que participan en el torneo nacional de escuelas Chivas 2016, que fueron acompañados por sus padres o un familiar.
Llamó la atención que un fraile apareció cuando el desarrollo del entrenamiento se encontraba en la mitad, entró por el pasillo principal siendo vigilado por la mayoría de la afición y no se detuvo hasta llegar a la malla ciclónica, que evita el paso a los vestidores u oficinas.
Frente a los baños, tres personas lo abordaron, le preguntaron ¿cuál es el motivo de su visita?, a lo que respondió, “tenía ganas de venir a ver al equipo, nunca había estado aquí, es eso nada más, no tiene otra razón mi presencia más que vivir esta experiencia”.
El fraile estuvo atento a cada movimiento ordenado por el técnico Matías Almeyda, no perdió detalle de la práctica y cuando se dio el silbatazo final, estuvo poniendo atención al comportamiento de los niños y la respuesta de los jugadores, ya que solamente Carlos Salcido, Antonio Rodríguez y el juvenil Kevin Magaña, repartieron autógrafos, los demás se fueron de la cancha al vestidor.
El fraile no quiso dar ningún tipo de comentario respecto a su vivencia, tampoco su nombre, incluso cuando detectó que le estaban tomando fotos, buscó la manera de que no saliera su cara. Algo es seguro, vio la poca humildad de muchos elementos que dicho por Ariel, un niño que estuvo al punto del llanto porque “Gullit” Peña no se paró a firmarle su camiseta: se creen dioses y son bien malos, en su estadio ni pueden ganar.
Entre el remolino de afición en Verde Valle apareció Sergio de Rosas, un personaje que dijo ser compositor y había ido especialmente a llevar una canción que había compuesto para el primer equipo, ya que fracasó en su intento para que Jorge Vergara le diera una entrevista y enseñarle la letra.
Al cantante al verse rodeado por cámaras de televisión, grabadoras y uno que otro curioso que se acercó a escuchar lo que decía, se puso nervioso al cantar la canción, le ganó el sentimiento y la voz se le quebró, “es por la emoción, una disculpa, ojalá llegue esta canción a oídos de Vergara, quiero que la graben”.
Mientras el equipo entrenaba, no faltó quien fue acompañado por dos damas, comenzó a sacar risas de la prensa, así como de los aficionados que escuchaban sus chistes, que dicho sea de paso los primeros fueron buenos, pero conforme pasó el tiempo se volvió “pesado”, dijo una muchacha, porque estuvo agobiando a los jugadores cada que le quedaban cerca. Miguel Ponce fue el que más sufrió con el “payaso de humor negro”.
EL INFORMADOR / ALEJANDRO RAMÍREZ