Un bronce labrado en la calle
El bronce ya estaba amarrado, pero para el mexicano Misael Rodríguez sigue teniendo un sabor especial al ser el único metal conseguido por México hasta el momento en los Juegos Olímpicos, presea que fue ganada, en parte, con ayuda en la calle.
Rodríguez, de 22 años, valoró inmensamente esa presea después de perder por decisión unánime su combate de Semifinales ante el uzbeco Bektemir Melikuziev en la división de los pesos medianos (menos 75 kilogramos).
“La verdad que ha sido mucho sacrificio llegar a la Selección (de boxeo); hemos pasado momentos difíciles”, dijo el mexicano tras el revés. “Eso le da mucho más sabor a esta medalla”.
Este bronce, de antemano asegurado luego de su pase a Semis el lunes, ha dado mucho de qué hablar por las peripecias por las que el pugilismo ha tenido que pasar en medio de una fuerte pugna entre Conade y el organismo regente del boxeo de México.
Rodríguez y algunos de sus compañeros realizaron protestas mostrando pancartas con sus nombres y logros frente a la sede del Comité Olímpico Mexicano, y salieron a la calle y abordaron autobuses del transporte público para pedir ayuda económica el año pasado.
La razón, en términos generales, radica en que Alfredo Castillo (dirigente de Conade), en un esfuerzo por lo que calificó como “limpiar” de corrupción a varias federaciones, cortó los aportes a la que regenta el boxeo y pidió desconocer a su veterano líder, Ricardo Contreras.
La pugna siguió después de la obtención del bronce en Río, incluso con un aluvión de críticas hacia Castillo, por festejar el metal de Rodríguez.
Pero aparte de ello, el bronce en el boxeo tomó un valor mucho mayor debido a que hasta ayer, y a pocos días de que concluyan las justas, ése ha sido el único metal logrado por México.
“Han sido momentos agradables, inolvidables. La primera medalla para mi país (en Río) es inimaginable”, manifestó Rodríguez, quien apenas lleva dos años en la Selección de boxeo de México y también suma un bronce panamericano.
Misael estrellado
Misael Rodríguez salió desde el campanazo inicial a buscar a su adversario, pero se estrelló con los rectos y ganchos de zurda del uzbeko, que era el segundo preclasificado y el favorito.
Los jueces dieron al final tarjetas de 30-27, 29-28 y 30-27 a favor de Melikuziev. “Sabía de la movilidad de él y salí a buscarlo, pero me conectó algunos golpes que me desconcentraron”, admitió Rodríguez, sin perder la felicidad y sonrisa en su rostro. “Lo busqué a muerte hasta el final. Desgraciadamente así es el boxeo: No siempre se gana”.
Rodríguez nació en Hidalgo del Parral, en Chihuahua, y nunca se imaginó que llegaría a ser boxeador porque nadie practicaba ese deporte en su casa. Además, estaba muy pequeño cuando falleció su papá.
LA VOZ DEL EXPERTO
Enésima satisfacción
José Rodolfo Castro
Enésima satisfacción del boxeo para México, la medalla de bronce obtenida en las Olimpiadas de Río de Janeiro por el oriundo de Parral, Chihuahua, Misael Rodríguez, quien el martes superó en Cuartos de Final por 3-0, al egipcio Hussein Abdin, en 75 kilos, combate celebrado en el cuadrilátero del Ríocentro Pabellón 6. La victoria clasificó al boxeador mexicano a Semifinales, fase que disputó ayer, superado por decisión unánime por Bektemir Melikuziev de Uzbekistán.
Rudimentario el boxeo de todos los púgiles mexicanos que fueron eliminados en Río de Janeiro, la escasa técnica es la que prohibió que Misael avanzara a la Final para competir por el oro, estilo pedestre que ya suma varios ciclos olímpicos, que exige un cambio profundo en la Federación Mexicana de Boxeo. Los boxeadores nacionales fueron arrasados por la técnica con la que se debe competir en Juegos Olímpicos, un vicio histórico que no es reciente, que hace lustros debió ser erradicado por maestros calificados.
A los boxeadores mexicanos, entonces, no hay quién los enseñe. El semillero está en los gimnasios, en los que los principiantes admiran a los profesionales, niños y adolescentes que participan en competiciones amateurs municipales, estatales, nacionales, Olimpiadas Juveniles. Algunos son seleccionados por el Comité Olímpico Mexicano (COM), pero los más, se deciden por el boxeo profesional, tienen hambre de gloria y de la otra.
Una estructura, una escuela boxística mexicana que ha venido a menos, los actuales maestros de boxeadores profesionales, se han quedado muy lejos de los pilares de la época dorada, tan solo ver un par de peleas de Leo Santa Cruz o de “Canelo”, para enterarnos de lo que aprenden, lo que permea a las nuevas generaciones, boxeo sin técnica, de choque, monorrítmico, es rupestre, es cavernícola. Basta con observar videos de peleas de Salvador Sánchez, Ricardo “Finito” López, Miguel Canto, es la técnica en el boxeo impartida por los Arturo “Cuyo” Hernández, Nacho Silva, Cristóbal Rosas, ya fallecidos, o la del también genio, Jesús “Cholain” Rivero, ya retirado, que vive en su natal Mérida, Yucatán.
“El boxeo olímpico mexicano es rudimentario, la técnica es taparse la cara, es una defensa rudimentaria, no hay fintas, no hay plan de pelea. Por eso nunca fui partidario del boxeo olímpico”, dijo ayer Jesús “Cholain” Rivero. Agregó: “No hay quien los enseñe (a los boxeadores mexicanos que compiten en Juegos Olímpicos), ellos no inventan, hay una serie de técnicas defensivas y ofensivas, no saben detener un golpe, ni enviarlo, por eso anda mal, porque no hay quién los enseñe”. Rivero fue manager de Miguel Canto.
Gerardo Marrón, entrenador de boxeadores en el COM, dijo que por enfermedad no pudo asistir a la justa de Río de Janeiro, y aseguró que Alfredo Castillo, titular de la Conade, no dio apoyo al boxeo. Dijo que a las nuevas generaciones de boxeadores no hay quien les enseñe boxeo “no saben lo fundamental, recto, gancho, cruzado, y con quince o veinte peleas amateurs, los invitamos al COM, y es empezar de cero, es difícil que aprendan”. Y por ahí estaré atisbando.
Fuente: El Informador