Subestimaciones
Puerto Vallarta
Difícil inicio de año en nuestro país. Considero que los propósitos para este 2017 no serán los tradicionales variarán como el precio del petróleo y el dólar.
¡Fuera Peña! Reclama las masas en diversas marchas contra el Primer Mandatario mexicano, le exigen su renuncia. Aún con la hipotética dimisión del licenciado Peña Nieto, eso no sería suficiente, pues otro funcionario de su gabinete tomaría el puesto, sería lo mismo; no veo cómo la declinación del actual Presidente de los Estados Unidos Mexicanos traería la paz. Lo verdadero urgente es depurar la caterva de la clase política.
Lo que más lastima y persiste son los discursos descontextualizados del licenciado Peña, todos sin juicio salidos de no sé qué mente perversa. Más aún indigna la postura desenfadada de EPN y su gabinete manifestando su preocupación y empatía con los mexicanos alarmados por los precios cuesta arriba.
Mientras la clase política recibe vales de gasolina por encima de los 4 mil pesos, seguros médicos en los mejores hospitales, vehículos para que realicen sus funciones públicas, obsequios de todo tipo con motivo de cualquier pretexto y más privilegios, la mayoría de los mexicanos buscan sobrevivir a la nueva “estrategia” del gobierno mexicano.
Cómo dicen en mi pueblo “por todos lados te chingan” y no miente mi gente. En varias ciudades más de mil cien tiendas de pequeño, mediano y gran formato fueron saqueadas la primera semana de enero. Después de esto la actual crisis en Venezuela o Brasil ya no parecen tan desconcertantes y ajenas.
Aunque en cada país las reacción social es diferente se debe considerar a sus consecuencias tanto al interior como en el exterior; en México las grandes empresas son cautelosas no se alarman permanecen firmes ante las amenazas de tener pérdidas mayores a las cifradas en los últimos días, aunque la cantidad de saqueos aumenta matemáticamente.
Es un problema de espanto para las familias, sobre todo las de bajos recursos o bien llamadas vulnerables, suman millones a lo largo y ancho del país. Quitar el subsidio a los combustibles perjudica a los que tienen vehículos, pero también a los concesionarios del transporte público que se verán en la necesidad de aumentar sus tarifas. En ese año se activa el efecto bola de nieve en varios sectores productivos.
El pueblo, como siempre, los más pobres pagará la factura que se ha venido acumulando por décadas, no por sexenios sino por la incapacidad de ver más lejos y por el bienestar de la nación, es una pena que se inicie un año con lamentaciones, violencia y desesperación, a todo eso la sociedad mexicana hará frente, se fortalecerá para lograr avanzar. No es utópico mi comentario y el gobierno no debe subestimar la fuerza laboral mexicana, ese sería un grave error.
*Carmina López Martínez: Es comunicóloga y responsable del área de publicaciones de la Universidad del Valle de Atemajac, Campus Puerto Vallarta, ([email protected]).