Son necesarias las instituciones basadas en valores cristianos
Por J. Mario R. Fuentes
Fotos Carmina López Martínez
La escuela de inspiración cristiana tiene el deber de formar, en la sabiduría y en la competencia de calidad y discernimiento a los seres de servicio que demanda la sociedad actual, fue una de las conclusiones a las que llegó la investigadora Blanca Estela Oseguera Fernández, doctorante en Ciencias Administrativas con maestría en Sociología de la Educación.
La hábil investigadora del Campus de la Univa-Zamora planteó argumentos interesantes como los que señalan parte de su trabajo el cual: “se enfoca a las instituciones educativas de inspiración cristiana, entendidas, como aquellas que se constituyen por elementos formales propios del concepto eclesial de escuela católica, donde Cristo es fundamento y los principios evangélicos se convierten en normas educativas. Una característica importante de este tipo de instituciones, es el trabajo en equipo, pues se parte del principio de que nadie aprende solo.
Se busca la participación de los alumnos, los docentes, los directivos, el personal administrativo y de apoyo; así como de los padres de familia, para conformar una comunidad educativa, en la que cada uno se identifique como parte de ella. Por su supuesto juega un papel muy importante el modelo educativo que cada institución asume como propio y que permea la vida hacia su interior”.
El nacimiento de una organización por necesidad humana de colaborar. Los seres humanos han buscado formas de cooperar, derivado de sus limitantes emocionales, biológicas, sociales, físicas y culturales; entonces la organización hacia dentro tiene sus propias expectativas para favorecer la estabilidad del sistema social, esto mantiene la organización y logra vínculos internos muy importantes, como bien dijo San Juan Pablo II:
“La tarea educativa tiene sus raíces en la vocación primordial de los esposos a participar en la obra creadora de Dios; ellos, engendrando en el amor y por amor una nueva persona, que tiene en sí la vocación al crecimiento y al desarrollo, asumen por eso mismo la obligación de ayudarla eficazmente a vivir una vida plenamente humana” (Exhortación apostólica “Familaris consortio” (FC), de 1981)
La investigadora con amplios elementos sociales derivados de su trabajo académico en dicha área: otro rasgo característico es su unión en busca de proyectos educativos comunes “toda persona que ingresa en la vida de estas instituciones se acoge y busca hacer su permanencia plena a los proyectos de enseñanza”.
Educación auténtica
Recuerda la doctorante que el papa emérito Benedicto XVI señalaba que la tarea fundamental de una educación auténtica en todos los niveles no consiste meramente en transmitir conocimientos, aunque eso sea esencial, sino también en “formar los corazones”.
Las escuelas de inspiración cristiana tienen como reto en la actualidad propiciar el diálogo entre la fe que se profesa y la cultura moderna, por esto es imprescindible reconocer la necesidad de una educación humanística, donde los educadores asuman su responsabilidad y se involucren de manera personal en la tarea educativa, así lo dejó entrever para finalizar la investigadora Oseguera Fernández.