“Sin duda, el agua nos cambió la vida”: familia Arce Robles
- Luego de 15 años de espera, esta familia de la colonia Paso del Guayabo consolidó uno de sus sueños, tener agua potable en su hogar
Puerto Vallarta
Son más de cinco décadas los que Doña Felícitas Robles Gómez y Don Fortunato Arce Pérez han caminado de la mano, ella ama de casa y él ganadero de profesión, ambos han tenido la oportunidad de consolidar los sueños y proyectos que establecieron hace 52 años cuando tomaron la decisión de construir juntos una historia de amor, lucha y deseos de superación.
Fue a la llegada de su séptimo y último hijo cuando Don Fortunato decidió trabajar incansablemente hasta obtener su casa propia, ese hogar en donde podría pasar el resto de su vida al lado de su amada esposa, y pese a que no fue fácil, el tiempo premió su trabajo y esfuerzo, ofreciéndoles una vida humilde pero digna a sus cuatro hijas y tres varones, quienes hoy son hombres y mujeres de bien.
Fue en la colonia Paso del Guayabo, donde cimentó su casa y vive desde hace 15 años, es una de las zonas más emblemáticas de Puerto Vallarta al situarse a la orilla del majestoso Río Cuale ícono de nuestro municipio y espacio de recreación para habitantes y visitantes.
Sin embargo, no todo era felicidad para la familia Arce, quienes se encontraron con muchas dificultades al no contar con el acceso a los servicios de la luz y el agua, la luz llegó pronto pero el agua parecía ser imposible e inalcanzable para ellos.
“Llegamos a vivir por fin en nuestra casa pero no teníamos servicios, al poco tiempo pusieron la luz y con ello pudimos bombear el agua del río, pero siempre era batallar porque sabemos que no es potable, yo anhelaba tener agua buena, me gustaba mucho mi casita pero sabía que con agua sería realmente feliz” comentó la Sra. Felícitas.
Hace un año, esta situación cambió y el sueño se convirtió en una probable realidad, ya que comenzaron los rumores en la localidad de que posiblemente tendrían agua de calidad en sus hogares como lo anhelaban, inmediatamente Felícitas y Fortunato se dieron a la tarea de investigar y verificaron lo que tanto habían esperado. Pronto tendrían el vital líquido en su hogar.
“Vino la gente de Seapal, hicieron un bonito convivio y nos dijeron que si, que era de verdad eso que se decía y hace cuatro meses nuestra vida ha cambiado, con el agua de Seapal, ahora sí nos sentimos completamente plenos, ya no nos falta nada” expresó Robles Gómez.
Hoy Don Fortunato y Doña Felícitas se encuentran en la mejor etapa de sus vidas, disfrutando de la comodidad de su hogar que los abraza todos los días con el hermoso paisaje del sol y la montaña y gozando a sus 74 y 68 años respectivamente, lo que siempre soñaron la tranquilidad de un hogar, ahora sí, libres de preocupaciones. “Sin duda el agua nos cambió la vida” expresaron.