Si de verdad quieres cuidar tu piel, deberás tener esto en cuenta
¿Te sientes desconforme con cómo se ve tu piel a pesar de que realizas religiosamente tu rutina de limpieza? Tal vez la explicación esté en que no has elegido un régimen que se ajuste a tu tipo de piel.
Pero no tiene sentido preocuparse porque a continuación encontrarás una guía para que finalmente se luzca todo el trabajo y esfuerzo que inviertes en cuidar tu rostro.
Paso #1: ¿Qué tipo de piel tienes?
Tipos de piel
- Piel seca. La piel reseca a menudo se siente con mucha elasticidad y seca.
- Piel normal. La piel normal carece de demasiada elasticidad, así como de un exceso de aceites.
- Piel mixta. La piel mixta es una combinación de la piel normal y la piel grasa; en algunas zonas tiende a tener exceso de aceites y en otras no.
- Piel grasa. Este tipo de piel libera aceites naturales en exceso y se siente grasosa todo el tiempo.
Paso #2: ¿Tienes piel sensible?
Paso #3: ¿Cuál es el problema?
Paso #4: Encuentra un producto de limpieza para ti
Además del gel de limpieza, también debes verificar si tu piel necesita una crema hidratante (exacto, no todas la necesitan).
Por último, no subestimes el poder del protector solar; es conveniente usarlo incluso cuando el sol no está tan fuerte. El daño que provoca el sol en la piel es irreversible y hará que adquiera un aspecto más arrugado en menos tiempo.
Como ves, cuidar la piel no solo supone utilizar los mejores productos, sino que también es fundamental conocerla y observarla para asegurarnos de que todo lo que apliquemos sea beneficioso.
Fuente: IMujer.com