Se realizó con éxito el Primer Festival Internacional de Música Celta.
Con gran éxito, se llevó a cabo el Primer Festival Internacional de Música Celta en esta ciudad, en el que participaron agrupaciones provenientes de Canadá, Galicia y la banda de gaitas mexicana, Batallón de San Patricio.
Las actividades iniciaron con un desfile que recorrió el paseo turístico del malecón, desde la calle 31 de octubre hasta el teatro al aire libre Aquiles Serdán, en el que las bandas participantes iban en su mayoría ataviadas con un kilt, prenda típica de escocia, un bolso de cuero colgado a la cintura llamado sporran y una gorra.
Para la mayoría de los presentes, era la primera vez que escuchaban en vivo el sonido de una gaita, un instrumento ajeno a los mexicanos y de difícil ejecución.
A su llegada a los arcos del malecón, los cuales se encontraban abarrotados por cientos de turistas y vallartenses, el contingente fue recibido por la Banda de Música del Museo Marítimo, quienes dieron paso después a la presentación de las tres bandas participantes de este encuentro musical.
La primera agrupación en deleitar los sentidos de los asistentes, fue la Edmonton Transit System, de Canadá; que portando genuinas vestimentas, trasladaron a los presentes a las lejanas montañas de Mull of Kintyre, en el sudoeste de Escocia, con temas como Dark Island, un popurrí de “competencia“, e incluso con uno de los temas de la película The Lion King (el Rey León), que de inmediato fue identificado por el público.
Detrás de ellos, llegó la Banda de Gaitas de la Asociación de Galicia en México, que enarbolando la bandera galega, interpretaron la Rianxeira (un canto Guadalupano), el Himno Galego, Chantada, Paso dobles y por último Las Muñeiras, que estuvieron aderezadas con baile.
Por último, tocó el turno a la mexicana Banda de Gaitas Batallón de San Patricio, a quien se debe en gran parte la iniciativa del Festival. En su repertorio, destacó un Set de Competencias, seguido de las melodías Farewell to Camraw y los arreglos a temas mexicanos como Cielito Lindo, Jarabe Tapatío, La Raspa, el Son de la Negra, la Cucaracha y una peculiar puesta en escena del Huapango de Moncayo, con la colaboración de una bailarina que ejemplificó el sincretismo cultural de México.
Como parte de esta jornada, los gaiteros conviviendo con los vallartenses y turistas que se acercaban a tomarse fotos con ellos, como Julio Arteaga, vecino de El Pitillal: “hoy he sentido que viajé a esos lugares que sólo se ven en las películas, fue maravilloso. Por un momento Puerto Vallarta fue Escocia, que dicha contar con este tipo de espectáculos, mi familia y yo regresamos a casa muy contentos, este día no lo olvidaremos”.
Al clausurar las actividades, Sergio Zepeda, director del Instituto Vallartense de Cultura, afirmó que de nueva cuenta Puerto Vallarta, demuestra que “es un puerto cultural, donde convergen todo tipo de influencias, por eso este festival tiene el espíritu cosmopolita que caracteriza la ciudad”.