Recordaron la Epifanía, “Rosca de Reyes”, en la Universidad Católica.
Por J. Mario R. Fuentes
Fotos Carmina López Martínez
Por el origen religioso de la tradicional Rosca de Reyes, maestro Luis Ignacio Zúñiga Bobadilla, director general de la Universidad del Valle de Atemajac, Campus Puerto Vallarta, se reunió con el personal administrativo y docente de esta Casa de Estudios para mantener la costumbre de corte del pan.
Cada año el personal de la Univa-PV lleva a efecto esta actividad tradicional en sus instalaciones; se recuerda que los tres reyes magos: Melchor, Gaspar y Baltazar, se dieron a la tarea de encontrar al hijo del Señor. Llegaron de oriente, como se sabe por los datos históricos, en Jerusalén dieron con él, aunque jamás lo revelaron al tirano de Herodes quien se conoce mandó ejecutar a todos los recién nacidos más allá de su zona de influencia. El miedo a perder el poder lo obnubiló.
Los convocó el maestro Zúñiga Bobadilla
En la Universidad Católica en Puerto Vallarta el corte de la Rosca de Reyes se ha convertido en una tradición a la cual convocan a todos los integrantes de la institución educativa con más de 23 años en la localidad. Como en todas ocasiones el maestro Zúñiga Bobadilla, la Jefa de Administración, maestra Sonia Noriega González, Carmina López Martínez, responsable de Difusión Institucional, jefes académicos y administrativos compartieron el pan y un espumoso chocolate teniendo como espacio para tal la sala de juntas docente.
Cabe recordar que la partida de la Rosca de Reyes data del siglo XIV en Francia. La manera de compartirla era un ritual: la primera rebanada era para aquél que fuera pobre o que llegara sin avisar al hogar. La siguiente era para los ausentes, es decir, los hombres que estaban en la armada del Rey y eran enviados a la guerra. Finalmente se compartía entre el resto de los presentes. Esta tradición se expandió a otros países de Europa y América.
Madrinas y padrinos
Durante el evento fueron descubiertos muñequitos de plástico que simbolizan al niño Dios y cada quién escogió al azar su pedazo de rosca, a quienes les salieron los muñequitos, automáticamente se convirtieron en madrinas o padrinos del niño y deben llevarlo a bendecir a la iglesia y festejar el acontecimiento con tamales y atole el 2 de febrero, Día de la Candelaria. Con el compromiso contraído fueron anotados en una lista los agraciados y cumplirán con la tradición cristiana descrita.