Portar la camiseta de Seapal es mi mayor orgullo: Don Aristeo.
Suministrar de agua potable a los usuarios que no cuentan con ella mediante el servicio gratuito de pipas, fue la función de Aristeo Delgadillo Izquierdo, un colaborador de Seapal que dedicó 28 años al servicio de la población más vulnerable del municipio.
En su labor como pipero, Don Aristeo, tiene un sinfín de anécdotas que contar, que van desde malos tratos de los usuarios hasta las más bellas historias de amistad de la gente que durante décadas recibió de él, no sólo el vital líquido, sino una sonrisa, un trato amable y una gran lección de solidaridad y humildad.
En días recientes, el colaborador del Sistema, recibió de manos de las autoridades del organismo su jubilación como reconocimiento por su larga trayectoria en esta institución que lo ha acogido como pieza clave en el crecimiento y progreso de la misma.
“Hace poco me citó el Director César Abarca en su oficina, me hizo sentir de maravilla, la verdad salí bien contento, cuando llegué a casa le dije a mi esposa, no sabes la felicidad tan grande que siento; el Director para mi tiene toda mi admiración y respeto porque desde el primer día que llegó a Seapal me saludó personalmente, no tengo palabras para describir lo que siento” expresó.
Y es que Delgadillo Izquierdo, ha sido para sus compañeros de trabajo un ejemplo de vida, alguien que sin importar la circunstancia, siempre realizó su trabajo con pasión y entrega, pero especialmente con la camiseta bien puesta.
“Ser parte de Seapal es mi mayor orgullo, andar uniformado es lo más precioso, todos los que trabajamos aquí no debemos de olvidar que ese uniforme que tiene el logo de Seapal, es nuestra presentación con la gente de afuera, es decirles yo soy un servidor público dispuesto a servirles, entrar a trabajar aquí es de las mayores bendiciones de mi vida” puntualizó.
En este sentido, comentó que todos los logros adquiridos durante estos años, no hubieran sido posibles sin el apoyo incondicional en primer lugar –dijo- de su compañera, su esposa Enedina Lugones Rodríguez, quien durante 43 años ha sido la mujer que se ha ganado su confianza, respeto y amor incondicional y con quien formó una hermosa familia, integrada por sus dos hijas Norma Leticia y María Angélica, éstas últimas quienes le dieron la satisfacción de ser abuelo.
“Tengo cuatro hermosas nietas, todas mujeres, unas ya son señoritas y otras todavía están pequeñas, uno de los mejores momentos que estoy viviendo ahorita que estoy jubilado es que me dan chance de ser muy juguetón con ellas, disfruto mucho sus travesuras y me divierto mucho cuando me gritan: “Mi calvito panzoncito” sus abrazos me hacen muy feliz” recalcó.
Así, sencillo, respetuoso, responsable y amoroso con su familia es Don Aristeo, un integrante más de la familia Seapal que ha dejado grandes enseñanzas para los que todavía tienen mucho que recorrer en el Sistema, alguien que ha marcado una huella imborrable en su paso por el organismo que sin duda siempre lo recibirá con los brazos abiertos.