“Me voy feliz y tranquilo, agradecido con Seapal”: Don Pablo Álvarez
- César Abarca le entrego un reconocimiento, por ser un ejemplo de esfuerzo y honestidad en un área fundamental para el sistema.
Puerto Vallarta
Orgulloso y contento, en compañía de su familia, así lució Pablo Álvarez Chavarin, quien recibió un merecido reconocimiento de manos del director de Seapal Vallarta, César Abarca Gutiérrez, producto de su gran labor en el área de Micromedición durante 31 años de trabajo.
Una carretada de aplausos y porras durante una reunión de colaboradores, son la prueba fiel del gran amigo y compañero de trabajo que decidió jubilarse y habrá de brindar los mejores días de su vida a su esposa Teresa, a sus hijos Pablo, Griselda y a sus dos nietos.
Nacido el 14 de febrero de 1956 en la localidad de La Cuesta, Municipio de Talpa, Jalisco; Don Pablo como se le conoce entre la Familia Seapal, ha sido un ejemplo de constancia, honestidad y tesón, desde su incorporación al sistema en el año de 1984.
Desempeñó una labor fundamental para el sistema, al ser el responsable de la supervisión de los medidores instalados en los hoteles de la franja turística de este bello destino, “siempre con la encomienda de hacer las cosas bien para Puerto Vallarta y el organismo”, subraya.
Con un semblante serio y formal, relata que una de sus mayores satisfacciones como responsable de una cuadrilla, ha sido la de ayudar a mejorar las condiciones de vida de quienes formaban parte de su equipo de trabajo.
“Los más jóvenes siempre tenían la inquietud de concursar por otras plazas con mayor remuneración, de inmediato lo platicaba con mi superior y los apoyaba, aunque esto significaba absorber el trabajo que desempeñaban; pero lo hacía con gusto por la dicha de verlos crecer en el organismo”, asegura.
Recuerda con nostalgia, que uno de los muchachos de la cuadrilla, Juan Carlos Magallón Reyes, logró esa ansiada promoción al área de Apremios, sin embargó, al tiempo perdió la vida en un trágico accidente automovilístico, lo que “significó una gran tristeza para muchos de nosotros, por ello uno nunca debe quedarse con nada, hay que repartir siempre lo mejor que tenemos”.
Agradeció a César Abarca por el buen trato que recibió durante su administración, en la que -afirma- por primera vez, pudimos llevar a nuestras esposas a los convivios, posadas y actividades del organismo, eso nos motiva a dar el extra, a desempeñar lo mejor posible el trabajo, para que Seapal siga siendo una institución de respeto.
“Me voy tranquilo y feliz, agradecido con Seapal, ahora trataré de convivir con la familia, voy a hacer todas las actividades con ellos, iré a dónde vayan, recogeré a mis nietos de su escuela, buscaré nuevas distracciones y porque no, continuaré haciendo algunos trabajos para no quedarme estancado”, dijo
Por último, César Abarca comentó que Don Pablo merece el reconocimiento de todos en el organismo, pero también de la sociedad, “hoy es justo que después de 31 años de servir con esfuerzo y honestidad a Puerto Vallarta, tenga la oportunidad, de gozar la vida al lado de su familia, aún con mucha energía y fortaleza”, concluyó.