Mario Almada, icono del western mexicano
El actor y productor mexicano Mario Almada, quien logró trazar una trayectoria de más de 70 años en el cine mexicano, será recordado por sus papeles de pistolero en filmes como “Los desalmados”, “El tunco Maclovio”, “Todo por nada”, “El valle de los miserables” y “La viuda negra”, sólo por citar algunos.
En las más de siete décadas dentro del séptimo arte, Mario Almada destacó por haber participado en los westerns mexicanos, sumando más de 300 títulos, en su mayoría actuando como justiciero.
Mario Almada Otero nació el 7 de enero de 1922 en Huatabampo, Sonora, fue hermano de Fernando Almada; buscando un mejor futuro vivió un tiempo en Guadalajara, Jalisco, y posteriormente se asentó en la Ciudad de México, donde comenzó a trabajar en un centro nocturno llamado “Cabaret señorial” que era propiedad de su padre.
Cuando su hermano Fernando empieza a dedicarse a la actuación dentro del cine, Almada hace lo propio como productor, y en 1963 escribe su primer guion para un filme; posteriormente sustituye a Bruno Rey dentro de “Los jinetes de la bruja” (1965).
Almada debutó en el cine en 1935 con el filme “Madre querida”, al que le siguieron cientos de películas, entre ellas “Todo por nada” (1968), que le mereció la Diosa de Plata por Revelación del Año, “El tunco Maclovio” (1969) con la que ganó su segunda Diosa de Plata por Mejor Actor Co-protagónico, y “La viuda negra” (1984), donde compitió por el Premio Ariel al Mejor Actor.
Como un actor multifacético, participó en producciones de distintos géneros, tales como los westerns, “Los doce malditos” (1972); reconstrucciones históricas, “Aquellos años” (1972); filmes escatológicos, “La isla de los hombres solos” (1973), y en cintas de narcotráfico como “La banda del carro rojo” (1976).
Así como en adaptaciones literarias, “Divinas palabras” (1977); melodramas rancheros, “Mariachi (1976), y en melodramas urbanos como “Para usted, jefa” (1979).
El tema de la venganza justiciera prevalece en sus papeles, sobre todo en aquellas dirigidas por Pedro Galindo como “Los desalmados” (1970), “Todo el horizonte para morir” (1970) y “El pistolero del diablo” (1973).
Para 1981 reforzó este tema con “Cazador de asesinos”, del director José Luis Urquieta, la cual está basada en el corrido de mismo nombre de los Cadetes de Linares.
En 1987 volvió a ser nominado por segunda vez al Ariel con su papel protagónico de “Chido Guan” en el filme “Tacos de oro”, que narra la historia de un equipo de futbol que está a punto de perder hasta que “Chido Guan” (Mario) les ayuda a ganar.
De nuevo, la película fue filmada en 1985, pero la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas no la nominó hasta 1987.
En 1990 Almada coprotagoniza “La camioneta gris”, con la agrupación Los Tigres del Norte, con la cual ya había trabajado en “La banda del carro Rojo” (1978).
Durante la 55ª edición de los premios Ariel, el sonorense fue galardonado con el Ariel de Oro por sus siete décadas de trayectoria.
Su filmografía ha sido considerada como un vínculo entre México y la comunidad hispana radicada en Estados Unidos. Su más reciente participación en cine fue en la cinta “Casi treinta” (2013).
A finales de abril de este año recibió el galardón Diamante que otorga la Asociación Internacional de Prensa, Radio y Televisión de Las Vegas; dicho reconocimiento lo han recibido personalidades como Vicente Fernández, Luis Miguel, Chayanne, Joan Sebastian y Julio Iglesias.
Mario Almada falleció de un paro respiratorio este martes 4 de octubre a los 94 años de edad en su residencia de Cuernavaca, Morelos.
Fuente: El Informador