Los medios forman y deforman

Puerto Vallarta.

Por J. Mario R. Fuentes*

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George Gerbner sostiene: “La comunicación de masas tiene una gran influencia porque tiene un carácter normativo, crea un marco referencial común y la publicación es homogénea con lo que hay una transmisión de ideología al conjunto de la sociedad con las ventajas y peligros que ello implica”.

No podría tener menor verdad esta aseveración de frente a los acontecimientos descritos por los fabulosos medios de comunicación actuales; ya no por lo publicado en prensa escrita, visto en la televisión (conjunción de sonido e imagen) o en los anuncios publicitarios con su carga de manipulación para lograr el consumo. Distantes quedan los mercadólogos del significado de los mensajes.

Las costumbres conmocionan a la sociedad, el hombre masificado consume mensajes al por mayor, los socializa como verdades y hasta puede delinquir en aras de sus creencias, se individualiza y generaliza al mismo tiempo; se esconde y fluye (redes sociales) es una mutación histórica sumamente significativa.

Se está en un terreno desconocido para los valores, el piso es hedonista, permisivas sus nuevas formas de control, mensajes verticales para vigilar comportamientos y dirigir sin sentido a los sitios seleccionados por el mensaje dominante; es implacable la existencia de estos roles, la comunicación llega a la imprecisión sistémica en la creencia de que la historia la forman los mensajes improvisados, mal emitidos y sin fin alguno, solamente para entretener y preparar al individuo para el consumo.

Es la magia de los medios; a mí, en lo personal, me impresiona la función de la radio, es un momento y revolución de significados de muy alta penetración en los hogares, no puedes cargar una pantalla en cambio una radio la atiendes fuera de procesos de contemplación, esa es su revolución, se abandona a sí misma y se regresa a plantear identidades sociales no fuera de lo ideológico ni político, a la radio todos la atendemos, de alguna forma se muta con ella a espacios insospechados a través de la imaginación.

El movimiento sincrónico se anexiona sistemas, formas de transmitir, reducir funciones sociales o fortalecer visiones subjetivas; todo se puede cuando el mensaje sabe tratarse, la eficacia permite la reproducción y el aumento de la ganancia de simpatizantes de emisiones sin sentido.

Es necesario entonces salir de la significación imaginaria, combinar las sinergias de las organizaciones sociales y entonces entrar a la era de la conciencia en los medios de comunicación como los nuevos esquemas planteados por los radiodifusores alternativos, tener cuidado en cultivarlos será momento de vigilar los polos específicos para despegar contemplaciones individuales hacia escenarios sociales, la radio es la esperanza para la consolidación de proyectos de largo alcance.

La cultura posmoderna es descentrada y heteróclita, materialista y psi, porno y discreta, renovadora y retro, consumista y ecologista, sofisticada y espontánea, espectacular y creativa; el futuro no tendrá que escoger una de esas tendencias sino que, por el contrario, desarrollará las lógicas duales, la correspondencia flexible de las antinomias. La función de semejante estallido no ofrece duda: paralelamente a los otros dispositivos personalizados, la cultura posmoderna es un vector de ampliación del individualismo; al diversificar las posibilidades de elección, al anular los puntos de referencia, al destruir los sentidos únicos y los valores superiores de la modernidad, pone en marcha una cultura personalizada o hecha a medida, que permite al átomo social emanciparse del balizaje disciplinario-revolucionario.

 *Egresado de la UNAM, maestro universitario desde 1979, fue investigador del ICS, conferencista, articulista, inició su trabajo periodístico en la Revista Proceso, jefe de corrección primera plana de diario El Nacional, reportero y columnista; galardonado en varias universidades del país,  21 años trabajó en el sector público y conformó el SNIM en la Coordinación de Productos Básicos de la Presidencia de la República,  se integró a la Univa en 1989 como catedrático investigador, cofundador del IDEO-UNIVA actualmente es coordinador de Comunicación y Publicaciones  y del  Consejo Político Universitario de esta Casa de Estudios en Puerto Vallarta.

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