Lila Downs honra a los muertos con su música
Con alegría y música, la cantautora mexicana Lila Downs honró con inmenso respeto a los muertos durante el concierto que ofreció ayer en el Auditorio Nacional.
El reloj marcó las 18:40 horas y sobre el escenario del “Coloso de Reforma” apareció un procesión para recordar a figuras fallecidas de la canción mexicana, como Chavela Vargas, Pedro Infante y Lola Beltrán, entre otros, a todos ellos les fue dedicada una ofrenda que formó parte de la escenografía.
Como ocurre en los alteres, el escenario del Auditorio Nacional estuvo adornado con papel picado, flores de cempasúchil y los colores vivos del México alegre, mientras que una pantalla fueron proyectados los vídeos de cada tema que Downs cantó y con los que desbordó toda clase de emociones entre el público.
Enseguida, Lila apareció ataviada como una guerrera defensora de las tradiciones mexicanas y con el “humito de copal” pugnó por un México mejor, llenó de paz y alegría. Después llegó el ambiente festivo con “La burra”.
Downs, aunque posee un apellido anglosajón, dijo estar orgullosa de sus raíces indígenas de Oaxaca y les cantó “La martiniana” a los ancestros que dejaron este mundo.
Con el apoyo de niños del Distrito Federal en la coreografía, la intérprete entonó “Balas y chocolate”, donde también bailó un Parachico, danzante tradicional de Chiapa de Corzo, Chiapas.
El desamor es parte de los sentimientos del ser humano y a través de la música también se expresa el dolor, por lo que Lila Downs cantó “Dulce veneno” y “La farsante”.
La cantautora dedicó el tema “Vámonos”, del maestro José Alfredo Jiménez, a Jazmín Amezquita, una compañera que apoyó en la grabación del video de la canción “Patria madrina”, y en este espacio bajó del escenario para saludar a algunos seguidores que vestían atuendos típicos para celebrar el Día de Muertos.
En compañía del cantante y músico argentino Pedro Aznar, Downs deleitó con “Cuando me tocas tú”, tema que escribió para su reciente álbum “Balas y chocolate”.
Mientras la cantante realizó un cambio de vestuario, el grupo Tloke Nahuake, orgullo del Valle de México, subió al escenario para musicalizar con Tribu una danza dedicada a quienes ya no están en este mundo para ir al más allá.
Con sus tradicionales trajes típicos de nuestro país, Lila regresó minutos después al entarimado para entonar, en compañía Tloke Nahuake y Tribu, el tema “Mano negra”.
De esta manera continuó con “La promesa” y “Patria madrina”, con los que consideró que a través de la música, educación y arte pueden sensibilizarse para mejorar la situación del país en diversos aspectos.
“Viene la muerte”, “Cucurrucucú”, “Son de difuntos” tuvieron la participación mojigangas, una “hermosa tradición mexica”, y de esta manera la cantante anunció el fin del espectáculo.
Sin embargo, el público en éxtasis aplaudió con tal fuerza que Downs regresó para cantar “Zapata”, y como sorpresa cantó “Cielo rojo” y “No me amenaces” con Aída Cuevas, quien recientemente promociona el disco “Pa’ que sientas lo que siento”.
Y antes de concluir esta noche histórica, la anfitriona no podía olvida los éxitos “Mezcalito” y “Naila”, uno de los temas bandera de Downs, “La llorona”, “Polka medley” y para cerrar “Cumbia del mole”.
La intérprete se ha convertido en una de las grandes vendedoras de discos y esta noche, en el escenario del Coloso de Reforma, recibió de su casa disquera un reconocimiento por más de 240 mil copias vendidas.
Roberto López, director general de Sony Music México, entregó a Lila Downs un Doble Disco de Platino por “Pecados y milagros”y Disco de Oro por “Balas y chocolate”, el cual fue lanzado hace ocho meses.
Fuente: El Informador