“La libertad es algo muy importante y es lo más caro que hay en la vida”: Marta Sánchez.
A los 48 años de edad, Marta Sánchez estrena una “vida nueva” que pasa por haber fijado su residencia en Miami y, en pos de la libertad creativa, por la aventura incierta de desligarse de las grandes multinacionales o, como dice en su nuevo tema, “La que nunca se rinde”, por “no tener más dueños”.
“La libertad es algo muy importante y es lo más caro que hay en la vida. Hay que sacrificar muchas cosas para ser libre y una de ellas es la ayuda, pero esta es una etapa valiente”, ha dicho hoy a Efe durante una entrevista en Madrid, a tres meses de que se publique su primer disco con material inédito en ocho años.
“21 días”, que así se llamará, se publicará el 21 de enero dentro de una discográfica independiente, Entrearte, y llegará después de un tema de versiones, “De par en par” (2010), y varios cortes publicados ocasionalmente, entre ellos, el discotequero “Mi cuerpo pide más”, que debía formar parte de uno de los dos proyectos de disco descartados por el camino.
“En la vida tiene todo un por qué y ese por qué es que tenía que hacer este disco”, se escuda la artista madrileña, que ahora solo quiere defender aquello con lo que se siente plenamente identificada. “Y hay artistas que se permiten hasta 15 años por esperar al disco que tiene que ser”, añade.
En su séptimo disco de estudio, grabado entre Madrid, Palma de Mallorca y Miami, el público encontrará “un poco de todo”, se limita a avanzar, sin aferrarse en concreto a una de las múltiples encarnaciones que se le han conocido.
“No soy ‘Gilda’, ni una robot como ‘Supernova’, simplemente soy Marta y juego en el escenario a disfrazarme”, sostiene la intérprete de “Soy yo”, que destaca su versatilidad como artista.
El título del disco proviene de uno de sus cortes, la balada “21 días”, una canción “muy importante que es una declaración de amor total”, dice antes de interrumpirse con un suspiro, sin llegar a comentar que esas fueron las jornadas de soledad en las que se sumió tras un ruptura sentimental.
“Creo que he metido bastante la pata en mi carrera por aprobar títulos para mis discos muy en primera persona (Mujer (1993), Mi mundo (1995), Desesperada (1998), Soy yo (2002)) y tenía muy claro que este disco no iba a ser en primera persona, que no iba a ser tan egocentrista”, anticipa.
A pesar de ello, se abre con una canción bailable que sí parece tener mucho que ver con ella, “La que nunca se rinde”, en cuyo videoclip aparece convertida en boxeadora a la espera de un contrincante.
“Siempre he luchado mucho por mis sueños y he pasado momentos muy duros. He remado contra corriente, pero me he levantado varias veces”, presume. ¿Ha tirado alguna vez la toalla? “Por el momento no”, asegura.
Al otro lado del cuadrilátero, puede que pusiera ahora a las grandes compañías, si del triunfo depende su libertad para escoger qué interpretar y qué no.
“Las compañías no te dejan ser tú misma porque te imponen un tipo de música y llega un momento en la carrera de un artista en que antes está el riesgo para hacer de una vez por todas lo que te gusta hacer”, defiende.
“Muchas veces en mi carrera he interpretado temas que no han sido tan de mi agrado, como en la etapa de Olé Olé o algunas propuestas ya en mi etapa de solista. Y eso que muchas fueron éxito”, dice, sin desvelar a qué canciones se refiere.
Este nuevo ciclo musical coincide con un cambio de residencia a Miami. “Evidentemente allí estoy muy tranquila, aunque hay público latino que me reconoce, pero sí, es todo más tranquilo”, acierta a responder, sin entrar en detalles concretos sobre por qué ha buscado la distancia con España. (EFE)