La guerra de Trump contra los Oscar
Pese a sus numerosas apariciones en el cine, Donald Trump nunca consiguió aspirar a una nominación al Oscar. Lo más cercano en su vitrina es un Razzie a peor actor por su cameo en “Necesito un cuerpo”, donde compartió plano con Bo Derek. Y es que para el actual presidente de EE UU Hollywood siempre ha sido ese segundo hogar en el que residía la gente con la que le gustaría codearse, los famosos del cine. Año a año lo demostraba en Twitter, donde declaró la guerra abierta a la ceremonia, metiéndose con ganadores como Daniel Day-Lewis, presentadores como Ellen Degeneres y hasta los vencedores mexicanos de 2015. Trump tenía para todos.
Después del discurso de Meryl Streep en los Globos de Oro y el boicot del director iraní Asghar Farhadi, el domingo no solo se esperan chistes sobre la situación política actual, sino también alegatos y protestas desde el escenario.
Pero Donald Trump no parece preocupado. Como hizo en los premios de la asociación de críticos extranjeros, el magnate siempre podrá utilizar un altavoz a Twitter para contestar públicamente, si bien esperamos que este año esté ocupado con temas más acuciantes que una trivial ceremonia.
2012
La última vez que Trump acudió a la ceremonia fue 2011. En 2012 se quedó sin invitación, así que saltó a Internet. El blanco de Trump esta vez fue la fiesta de Vanity Fair [”absolutamente la peor. La gente se estaba durmiendo. Era tan aburrida como la revista”] y la polémica actuación de Sacha Baron Cohen cuando lanzó las falsas cenizas del líder norcoreano Kim Jong-il al presentador de la alfombra roja Ryan Seacrest. El magnate incluso se grabó dando detalles en un vídeo. Era algo personal. Baron Cohen, vestido como Ali G, había cabreado a Trump años antes con una de sus entrevistas incómodas.
2013
Trump comenzó los Oscar de 2013 con optimismo. Seth MacFarlane, creador de Padre de Familia que había presentado su roast, le parecía una opción novedosa y divertida. Pero el buen tono se torció nada más arrancar la gala. William Shatner, que hizo un cameo en el monólogo; el mejor actor Daniel Day-Lewis y su “Lincoln” o “Django desencadenado” (“la película más racista”) fueron las principales víctimas, aunque tuvo buenas palabras para la ganadora a actriz secundaria, Anne Hathaway, o presentadores veteranos como Jane Fonda y Michael Douglas. Eso sí, no fue capaz de aguantar hasta el final de la gala: “Ha sido mediocre, como mucho”. La mañana siguiente llamó a Fox para explayarse a gusto. Volvía a querer ser protagonista.
2014
Dado que parecía que lo de presidente no iba a prosperar, 2014 fue el año en el que Trump comenzó a hacer campaña por su candidatura a presentador de los Oscar. Eso sí, nadie más le siguió. Ellen Degeneres no le gustó como presentadora, pero la que menos le gustó fue Bette Midler, que cantó “Wind Beneath My Wings” en el In Memoriam. A ella le dedicó uno de sus habituales “apesta”. También se lanzó contra la veterana Kim Novak (protagonista de “Vértigo”), que tras este evento escribió una carta abierta en Facebook en la que confesaba que no había salido de casa durante semanas por vergüenza: “Tenemos que luchar contra los acosadores”. Trump pidió perdón semanas después: “siempre he sido un gran seguidor”. Además de a los actores, comenzaban también sus ataques a Obama.
2015
Cuatro meses antes de presentar su candidatura a la presidencia de EE UU, Trump anticipaba algunas de sus políticas en su particular crítica a los Oscar. En una noche donde mexicanos como Iñarritu y Lubezki brillaron gracias a “Birdman”, allí empezaron los ataques al país: “Están separando Estados Unidos más que cualquier otro”.
El País
Fuente: El Informador