La feria divierte a chicos y grandes
Cary Zárate
Puerto Vallarta
Hay vienen haciendo ruido los carros de la montaña rusa, vuelta y vuelta, hace levantar las manos y la adrenalina.
Mientras tanto, por el aire se ven las sillas voladoras viendo el espectáculo de arriba a bajo, el colorido de todos los paseantes, y de repente un beso ya que para los novios es el pretexto.
El Himalaya un reto para todos y dicen que “no”, pero terminan por subir y al bajar como borrachos de alegría por la travesía de emociones entre suspenso y apretujones, igual como lo carros chocones.
La ternura del carrusel en donde los mayores montan su corcel, con el pretexto de cuidar al niño y aprovechar el viaje, recordando que así a su padre o madre que en algún tiempo lo acompañó.
La vendimia de elotes, algodones, churros, hot cakes con mermelada o cajeta, papitas enchilosas, palomitas y refrescos acompañan el sentido del gusto, mientras le dan a las canicas o al tiro al blanco, para dar la mejor puntería y llevar el peluche que es el reto, pero se conforman con una baratija que al fin de cuentas fue perfecto.
La feria y sus juegos mecánicos es una atracción para chicos y grandes, sus luces invitan a cualquiera a disfrutar de la aventura por primera vez o para recordar su niñez.
Así se disfruta en Vallarta los espectáculos foráneos, que son propicios para compartir con los seres queridos un momento de sana diversión y entretenimiento.