Estos son los mitos más comunes sobre la lactancia y la verdad acerca de ellos
Estos son los mitos más comunes sobre la lactancia y la verdad acerca de ellos Desde el principio del tiempo las mujeres han amamantado a sus bebés después del parto; es una actividad natural y hermosa, pero eso no significa que sea algo que se de “por arte de magia”; sobre todo, si eres una mamá primeriza.
Los consejos sobre la lactancia materna son abundantes y es muy sencillo perderse entre el mar de tips y creencias que se comparten en la familia o las amistades. Sin duda, es complicado encontrar qué es verdad dentro de toda esa información y es por eso que hoy te dejamos algunos de los mitos más comunes sobre la lactancia y la verdad acerca de ellos.
Mito #1: Es común que las mujeres no produzcan suficiente leche
Por supuesto que hay excepciones, pero la gran mayoría de las mujeres producen la leche suficiente y en algunos casos, en abundancia. Que los bebés ganen peso lentamente, no se relaciona con la cantidad de leche que produce su mamá.
La razón más común es que no se coloca correctamente en el pecho, por eso es muy importante que aprendas, desde el primer día, cómo hacer que tu bebé se pegue al pezón de forma apropiada. Los doctores y enfermeras que te atienden pueden aconsejarte al respecto.
A partir de los 6 meses de vida o más, la mayoría de los bebés obtienen la leche que su cuerpo necesita en los primeros 10-15 minutos; pero no es algo que se deba generalizar. Los recién nacidos están aprendiendo a comer de tu pecho y al principio puede que no obtengan la leche suficiente en ese periodo, así que sentirse satisfechos les tomará más tiempo.
Para alimentar a tu bebé de acuerdo a sus necesidades, es importante que prestes atención a su cuerpo y sus respuestas (se desprende solo y sus manos y brazos se relajan), así podrás darte cuenta cuando ya no quiera comer.
Mito #3: Beber leche de vaca, aumenta la producción de leche materna
La realidad es que una dieta balanceada es todo lo que una madre necesita para tener una lactancia saludable (para ella y su bebé). Si estás preocupada por consumir las vitaminas y minerales para que tu cuerpo, y la leche que produces, estén en excelentes condiciones para alimentar a tu bebé, acércate con tu doctor y pídele una recomendación de multivitamínicos prenatales.
Existen aquellos que son seguros para mamá y bebé, que contienen calcio, hierro, zinc, betacarotenos, ácido fólico y vitaminas como la C, D y B.
De acuerdo a La Leche League, se cree que la depresión en la madre, después del nacimiento de su bebé, se debe a los ajustes hormonales por los que atraviesa su cuerpo; a lo que se suma el cansancio, la falta de apoyo familiar o social, así como la realidad de ser responsable de un bebé indefenso; sin embargo, no hay pruebas de que este estado psicológico esté relacionado con la lactancia.
Aunque muchas madres superan ese “estado de tristeza”, algunas otras lo sienten más agudo con el paso del tiempo y es de vital importancia que se acerquen a un especialista para conseguir la ayuda que necesitan.
Mito #5: La lactancia materna tiene un impacto negativo en la relación con tu pareja
Aún se tiene la creencia que la lactancia a demanda (alimentar al bebé cuando quiera comer) afecta las relaciones familiares, en especial la de pareja. El impacto negativo será aquel que los padres del bebé permitan. Si se comprende desde el día uno que las necesidades de un recién nacido son muchas, pero que disminuirán con el tiempo, serán capaces de comunicárselo al resto de la familia.
La realidad es que el trabajo en equipo para cuidar, alimentar, consentir y proteger a un recién nacido, es una experiencia que puede acercar más a una pareja, pues estarán desarrollando sus habilidades como padres al mismo tiempo.
En realidad la acción de cambiar a tu bebé de un pecho a otro durante una comida, no es necesaria. Es más importante que dejes que tu bebé termine la leche de un lado, aunque eso implique que ya no coma del segundo pecho en ese momento (porque ya está satisfecho). ¿La razón? Es importante que en cada comida tu bebé obtenga una combinación de la primera leche (rica en agua) y la del final (rica en grasa). Al conseguir este balance, te aseguras que tu pequeño esté recibiendo todos los nutrientes que necesita su cuerpo.
La leche materna es el alimento perfecto para tu recién nacido y será su única comida, por lo menos, hasta que llegué a los 6 meses de edad. No dudes en acercarte a organizaciones que se especializan en la educación de la lactancia y de consultar las dudas con tu doctor.
Fuente: IMujer.com