Esto es todo lo que tienes que saber acerca de la reproducción asistida
° Interesarnos mucho antes de querer ser mamás puede ser de gran ayuda.
Veo a la maternidad muy lejana. No digo que no quiera ser mamá, en un futuro quizá sí. Pero en mi cabeza gira la pregunta: ¿Podré ser mamá? ¿Soy fértil? ¿Y mi pareja? Estas preguntas que giran en mi mente, y quizá en la tuya también,pueden ser fundamentales para nuestro futuro como madres. Consultarlas con el ginecólogo son el primer paso para saber cuál es la situación y qué podemos hacer.
Consultar el frasquito
Dellepiane ilustra el problema explicando que nuestra fertilidad viene en un frasquito. A medida que aumentan los años, esa fertilidad reduce. Entonces, tanto hombres como mujeres, si deseamos, deberíamos controlar en qué nivel está ese frasquito y qué tan rápido se está agotando.
Si queremos ser padres ahora y nuestro frasquito está casi vacío, la solución pueden ser los tratamientos de reproducción asistida. En el caso de que el frasquito todavía tenga capacidad, pero en un futuro no lo estará, se puede recurrir a la preservación de la fertilidad.
La experta en reproducción asistida explica que no hay edad para consultar si todo funciona bien, sino que cuando vamos al ginecólogo podemos plantearle nuestras inquietudes a futuro y así poder realizar un estudio y controlar la reserva ovárica.
La edad máxima aconsejada por Dellepiane para realizarse reproducción asistida son los 50 años. Después puede poner en riesgo la salud del bebé y también de la madre. Aunque explica que cuanto antes se realice, mejor será.
Tratamientos de reproducción asistida
Cuando el frasquito está muy bajo, las técnicas de reproducción asistida son las posibilidades más factibles para concebir, aunque el promedio del éxito es de 50%.
Hay diferentes tipos de tratamiento y el elegido dependerá de la situación de la persona o la pareja. Se dividen en dos: los tratamientos de alta y baja complejidad. Los primeros implican un tratamiento exterior al cuerpo de la mujer y se realizan en un laboratorio. Allí, se une el óvulo con el espermatozoide. Los segundos pueden darse a través de las relaciones sexuales programadas, el estímulo ovulatorio o la inseminación artificial.
El éxito de las reproducciones asistidas depende mucho de la persona y la pareja, de sus edades y, sobre todo, de la salud que tienen.
Preservar lo que hay en el frasco
La maternidad está cada vez más retrasada. Antes, era muy común tener hijos entre los 24 y 25 años. La probabilidad de quedar embarazada en esa edad es de un 80%. Sin embargo, hoy en día somos madres cada vez más tardes y eso provoca que la fertilidad sea menor y por ende que la probabilidad de embarazo descienda.
Dellepiane cuenta que muchas veces van parejas o mujeres a la clínica y consultan por la posibilidad de ser padres a través de la reproducción asistida. Ante la pregunta de por qué no comenzaron antes, las respuestas suelen ser variadas pero, generalmente, con una razón social: “quería terminar la casa”, “me fui a hacer la maestría”, “tenía otros planes”.
Para los millennials ser padres no es una prioridad, pero quizá en un tiempo esas ganas de tener un hijo florezcan, y puede ser que sea tarde.
Preservar la fertilidad se puede dar por diferentes motivos: por causa social, por causa oncológica y por enfermedades autoinmunes.
En el caso de la causa oncológica, es muy importante poder preservar la fertilidad. Cuando se diagnostica la enfermedad, es aconsejable estudiar la posibilidad de realizar el congelamiento de óvulos, espermas o embriones. Pero además, pensar en la vida frente a una enfermedad tan cruel puede volver a conectar al paciente con la vida y ayudar a aumentar el ánimo.
Para preservar la fertilidad se puede acudir a la criopreservación de espermatozoides, ovocitos o embriones.
Donar
En contraposición de las personas con poca fertilidad, hay otros que gozan de este privilegio. Muchos de ellos deciden donar gametos -óvulos o espermatozoides- para poder ayudar a personas o parejas que quieren tener hijos pero no lo consiguen.
En Uruguay, según cuenta Dellepiane, la donación no es abundante pero permite satisfacer la demanda. Es muy importante para estas personas poder contar con una ayuda externa. ¿Te animarías a donar gametos?
Acompañar el tratamiento
La infertilidad y los tratamientos de reproducción asistida pueden afectarnos psicológicamente. Tanto a nosotros como a la pareja en sí. Frente a esta situación, el acompañamiento psicológico puede ser fundamental para el éxito del tratamiento.
Dellepiane cuenta que “muchas parejas en la consulta psicológica se dan cuenta que necesitan esa clase de apoyo, varios quedan en tratamiento y otros interrumpen el comienzo del tratamiento de la psicóloga por no estar en condiciones para afrontarlo”. Además explica que “hay gente que viene mal y enfrentarse a un tratamiento que te ofrece 53% de tasa de embarazo es difícil. Tienes mucha chance de perder entonces hay que estar preparado para el fracaso. El apoyo psicológico es fundamental”.
Sandra Rodríguez, presidenta de Fundación dar a Luz, cuenta que si bien el tratamiento puede afectar a la pareja, generalmente los une. Sin embargo, “es fundamental acompañar intentando que la vida cotidiana se vea lo menos afectada por la infertilidad”.
Dolores Capurro, de Fundación Dar a Luz, es un claro ejemplo de que el acompañamiento psicológico puede ayudar al éxito del tratamiento. De seis tratamientos que se realizó junto a su pareja, dos los acompañó con ayuda psicológica, y fueron con esos tratamientos que logró quedar embarazada.
¿Tienes ganas de ser madre? Es importante informarte y, sobre todo, cuidarte en el día a día. Tus hábitos pueden interferir en la fertilidad, ¿lo sabías?
Fuente: IMujer.com