Escenificaron viacrucis en la Univa
Por: J. Mario R. Fuentes
Los estudiantes de Bachillerato de la Universidad Católica de Puerto Vallarta recordaron y vivieron con intensidad el viacrucis de Jesucristo. Fervor, respeto y reflexión inundaron los espacios de esta Casa de Estudios desde muy temprano; rostros tristes buscaron una explicación al martirio propinado a Jesús; no fue solamente una escenificación, “fue una preparación espiritual de los participantes, una experiencia de vida que jamás debe considerarse a la ligera, los jóvenes preparatorianos lo supieron y guardarán en su corazón”, opinó la maestra Maggy Bustamante, coordinadora de Bachillerato de la Univa-PV.
La participación de la Univa Puerto Vallarta en estos episodios corresponde a su esencia católica -comentó el maestro Luis Ignacio Zúñiga Bobadilla, director general de esta institución educativa- y siempre con la firme atención al camino señalado por Jesús para los jóvenes estudiantes tal y como lo dijera recientemente el vicario de Cristo:
Mientras avanzábamos con Jesús, hasta llegar a la cima de su entrega en el Calvario, nos venían a la mente las palabras de san Pablo: «Cristo me amó y se entregó por mí» (Gál 2,20). Ante un amor tan desinteresado, llenos de estupor y gratitud, nos preguntamos ahora: ¿Qué haremos nosotros por él? ¿Qué respuesta le daremos? San Juan lo dice claramente: «En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos» (1 Jn 3,16). La pasión de Cristo nos impulsa a cargar sobre nuestros hombros el sufrimiento del mundo, con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y sus vicisitudes. Al contrario, se hizo uno de nosotros «para poder compadecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre… Por eso, en cada pena humana ha entrado uno que comparte el sufrir y padecer; de ahí se difunde en cada sufrimiento la con-solatio, el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza» (Spe salvi, 39).
Este Vía Crucis (Camino de la Cruz) y sus estaciones cimbraron la conciencia de los estudiantes y del personal administrativo de esta institución educativa, encontrar en su meditación la reconversión a la que llama recordar la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo camino al calvario, representó para la comunidad de la Univa local vivir la dolorosa travesía con él, comprender el sufrimiento del hijo de Dios para salvarnos, el sufrió por nosotros ahora nos corresponde serle fiel, apartarnos del pecado y arrepentirnos para alcanzar su gracia.
Para lograr el objetivo de la escenificación entre la comunidad de la Univa se colocaron en intervalos las estaciones y se cuidaron los lugares para la oración y reflexión de los asistentes a uno de los eventos mas importante de la religión católica, el papa Francisco ha dicho al respecto y esto fue motivo de reflexión entre esta comunidad estudiantil:
“La misericordia va más allá y transforma la vida de una persona de tal manera que el pecado sea dejado de lado. Es como el cielo… Nosotros miramos al cielo, tantas estrellas, tantas estrellas; pero cuando llega el sol, por la mañana, con tanta luz, las estrellas no se ven. Y así es la misericordia de Dios: una gran luz de amor, de ternura. Dios no perdona con un decreto, sino con una caricia, acariciando nuestras heridas del pecado. Porque Él está involucrado en el perdón, está involucrado en nuestra salvación. Y así Jesús hace de confesor: no la humilla, no le dice ‘Qué has hecho, dime ¿Y cuándo lo has hecho? ¿Y cómo lo has hecho? ¿Y con quién lo has hecho?’ ¡No! ‘Vamos, vamos y de ahora en adelante ¡no peques más!’. Es grande la misericordia de Dios, es grande la misericordia de Jesús. ¡Nos perdona acariciándonos!”.