El amor de una mascota contribuye a una buena salud.
- Su afecto ayuda a las personas en su estabilidad emocional y salud física.
Las mascotas o los animales de compañía no solo son una fuente inagotable de amor y compañía, sino que pueden ser considerados como medicina preventiva ya que su afecto y cuidado promueven la salud, e inclusive pueden prolongar la vida de las personas ya que actúan como un antídoto contra el estrés.
Algunos estudios sugieren que al acariciar a su mascota, la presión arterial de las personas suele reducirse, ya que se producen efectos relajantes en su organismo.
Algunos de los beneficios que tiene la convivencia con una mascota son:
Liberan del estrés: Las personas que poseen mascotas muestran mejor ánimo y menores casos de depresión que aquellas que no cuentan con alguna, según concluyen algunos estudios recientes.
Las mascotas aportan alegría y diversión a sus dueños.
Reducen el sentimiento de soledad: Su presencia constante genera en las personas confianza, seguridad y protección. A muchas personas les gusta platicar o hablarles a sus mascotas pues no se sienten juzgadas y pueden ser ellas mismas.
Aumentan la autoestima: Las personas se sienten útiles al hacerse responsables de los cuidados y atenciones que necesita “su amigo inseparable”.
Ideales para los niños: La convivencia con una mascota hace que los infantes aprendan valores positivos como el amor, el respeto hacia los animales y la vida, así como responsabilidad.
Estimulan el contacto social: Una mascota puede facilitar a las personas al ampliar su círculo de amistades ya que suelen ser tema de conversación con gente nueva en los parques, con vecinos o cualquier lugar.
Ayudan a estar en forma y ejercitarse: Compartir con la mascota su paseo diario hace que tanto ella como su dueño se mantengan activos y saludables.
Ayudan en la recuperación de las enfermedades: Las personas que poseen mascotas suelen recuperarse más rápido de cirugías o enfermedades como infartos. También pueden ayudar a personas con discapacidad sobre todo los perros entrenados, en cuyo caso no solo ayudan con su afecto sino que se convierten en sus oídos, ojos o en su guía.
Nos hacen mejores personas cuando cuidamos de ellos, ya que generan sentimiento de empatía y de amor incondicional.