De allá; acá y de regreso
Por J. Mario R. Fuentes*
Unir voluntades en México no es un acto sin dificultades, éstas brincan por todas partes, cual sapos en jardín. Los seudo educadores siempre inconformes, los llamados chapulines saltan lo más alto posible inconformes con su responsabilidad asignada, mientras el pueblo se debate en la desesperación al no satisfacer los mínimos nutricionales, curioso los mexicanos estamos diseñados para tolerar esto y más con una sonrisa de oreja a oreja… cuando el flamante gobierno del expresidente Miguel Alemán Valdés, llamado el cachorro de la Revolución, entregó los medios electrónicos a los empresarios de la época Emilio Azcárraga Vidaurreta, Rómulo O’Farril y al ingeniero inventor Guillermo González Camarena seguramente sabía cómo se desenvolverían, porque si un exmandatario fue visionario ese fue Don Miguel Alemán, posteriormente vinieron otros “garbanzos de a libra”. Lo cierto es la constante lucha, en situaciones especiales encarnizada por el poder de los medios masivos de comunicación, no es para menos, sin ellos no hay nada que se mueva de allá para acá y viceversa.
Vamos por partes
Primera
Han pasado tantos intelectuales, políticos, poetas, escritores y de más mexicanos preocupados por unir voluntades en su tierra que los ciudadanos normales quedan sorprendidos de tanta alharaca. Todo por México y terminan exhibidos como corruptos. Vamos por todo, dijeron políticos de izquierda encabezados por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, cuando López Obrador preparó su candidatura a la Presidencia de la República, no pasó mucho tiempo y el proyecto se frustró. Se está por entrar en la contienda electoral, no con las ganas de hace 15 años, hoy ya no se cree en el discurso oficial, está desangelado el camino de los candidatos, no se les cree, hay demasiado dolor en la sociedad, muchos engaños, pifias y simulaciones exageradas. En medio de todo una crisis brutal en todas direcciones. Competencias desleales, traiciones en cascada entre correligionarios de partidos, no importan sus colores ni plataformas lo importante es no quedarse sin un jugoso hueso para los próximos tres y seis años, al menos hasta que se calman los ánimos. País de discrepes generacionales sin reposo es como se ve hoy a nuestro querido México.
Segunda
Sin ir más allá. Los entuertos con los comunicadores en territorio nacional se están convirtiendo en cotidianos; Carmen Aristegui ha dado pretexto justificado y ejemplo de valerosidad ante los que trabajamos a diario por difundir ideas complementarias a los acontecimientos debidamente respaldados con datos proporcionados por instituciones u organismos respetables. El respeto al Derecho de la Información resulta necesario tal y como también al de la expresión, hay de donde cortar si avivan el avispero. El monopolio de los medios de comunicación y su reposo en pocas manos no permite ver a plenitud la figura de la libertad para emitir juicios que no raspen a los poderosos, allá ellos con sus cargos de conciencia, las fuerzas vivas lo están y observan con nitidez el comportamiento de los acontecimientos, excesos y sobriedad van de la mano aunque se repulsan. De lo ameno de la noticia a lo trágico del acontecimiento, vaivén en el que se ha encontrado nuestro país en la última década. Los medios de información rinden cuenta de esto con los recursos profesionales que les permiten los empresarios propietarios de ellos.
*Egresado de la UNAM, maestro universitario desde 1979, fue investigador del ICS, conferencista, articulista, inició su trabajo periodístico en la Revista Proceso, jefe de corrección primera plana de diario El Nacional, reportero y columnista; galardonado en varias universidades del país, 21 años trabajó en el sector público y conformó el SNIM en la Coordinación de Productos Básicos de la Presidencia de la República, se integró a la Univa en 1989 como catedrático investigador, cofundador del IDEO-UNIVA actualmente es coordinador de Comunicación y Publicaciones y del Consejo Político Universitario de esta Casa de Estudios en Puerto Vallarta.