Conversión y misericordia acción de la ceniza: Pastoral –Univa-PV
Puerto Vallarta
Por Carmina López Martínez
Dio inicio la Cuaresma con la imposición de ceniza. La Universidad del Valle de Atemajac, campus Puerto Vallarta se apegó a la tradición en evento donde se les recordó a los asistentes que la existencia humana en este mundo es pasajera.
En amplia explicación el maestro Luis Ignacio Zúñiga Bobadilla, director de la Univa Plantel Puerto Vallarta: “este miércoles nos permite entrar de lleno a una situación espiritual muy importante para todo cristiano que busque llegar preparado al misterio pascual; pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo”, puntualizó el funcionario universitario.
La ceremonia contó con miembros de la comunidad de la Universidad Católica, cabe mencionar que esto fue en los dos turnos. La acción fue realizada por el área de pastoral encabezada por el profesor José Luis Ríos y alumnos que se desempeñan en Bienestar y Desarrollo. Cada interesado en tomar la ceniza recibió las siguientes palabras: «conviértete y cree en el evangelio», fue en este sentido que los alumnos de esta Casa de Estudios sintieron la presencia del Señor al refrendar y renovar su fe en una penitencia que les lleve a conversión, para Dios y para sus prójimos.
Recordemos las palabras del santo padre Juan Pablo II en relación a este importante acontecimiento:
Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: “matanoeiete”, es decir “Convertíos”. Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras “Convertíos y creed en el Evangelio” y con la expresión “Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás”, invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana.
Por momentos se respiró demasiada tranquilidad durante la ceremonia de la toma de ceniza, se elevaron los mejores pensamientos en el reconocimiento al Señor en su palabra, la comprensión de una realidad a los momentos eternos sin olvidar la misericordia del Todopoderoso valorar las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.
“La ceniza que ahora nos será impuesta nos debe recordar que somos poca cosa, que no podemos sentirnos orgullosos, ni tener odios, ni egoísmos… y de esta manera alcancemos por medio de las prácticas cuaresmales, el perdón de los pecados; y alcancemos, a imagen de tu Hijo resucitado, la vida nueva de tu reino” (Ciclo C Textos: Joel 2, 12-18; Sal 50, 3-6.12-14-17; 2 Co 5, 20-6,2; Mt 6, 1-6.16-18)