Círculo enfermizo.
Por J. Mario R. Fuentes*
Estoy como México, me doblo pero no me quiebro. Sí, me siento fatal, jamás experimenté tal situación, como tampoco mi país; los dos estamos demasiado vulnerables, en mi caso porque inicié un tratamiento médico, que, según la maestra Ma. Asunción Ramírez Muñoz, persona de todos mis respetos y admiración me llevó ante brillante especialista para curar mis males de una vez por todas, no me arrepiento aunque si lo padezco, un escenario totalmente desconocido para mí.
En junta reciente con mi director y amigo, Luis Ignacio Zúñiga, su primera pregunta fue, a los convocados ¿cómo están de salud?, los más nos fuimos por la “tangente”, y nos regresó con la amabilidad que le caracteriza: pregunté cómo están de salud no de su trabajo. Pensé entonces, la máxima autoridad de la Univa estaba convencido de nuestro desempeño, no así de nuestra resistencia física y emocional. Pronto lo convencimos, al menos eso me pareció.
Esa pregunta inteligente de exploración debieron hacerla hace muchos años al país los mandatarios, por lo menos de los últimos sexenios, indagar, escuchar, para definir programas sociales, médico asistenciales, de seguridad alimentaria, a los campesinos, obreros, en fin a todos los habitantes de México. No esperar a estar en el filo de la navaja para rescatarnos y, ahora si escuchar el clamor entre piedras, palos, machetes y balas.
Eso sucedió a mi humanidad, pase mucho tiempo almacenando desperdicios, basura y las consecuencias para lograr desintoxicarme son feroces, en verdad me siento como todo el país, mareado, confundido y lo peor será por varios días según me adelanta la licenciada Asunción Ramírez, a la que en un principio culpé, ahora le agradezco su atinada intervención.
En el caso del Estado Político Mexicano no distingo aún a quien agradecerle que por fin sus funcionarios ven hacia abajo para resolver, o al menos intentar minimizar sufrimientos masivos, no con represión a diestra y siniestra sino con la mejor medicina, como la que me prescribieron a mí: atención esmerada e inteligente, realmente sensata, no aquella que no resuelve solamente complica.
El médico del país es el Presidente. Él le toma a diario el pulso a la nación a través de sus colaboradores se forma una idea de cómo estamos todos, también el mundo para integrarnos permanentemente, mi especialista lo hizo conmigo y oh sorpresa totalmente envenenado por dentro, padecimientos que pudieron controlarse en su momento crecieron, mi país está igual sus crisis sociales han crecido, habrá que exigirle al Primer Mandatario soluciones inmediatas para evitar descalabros.
Mi salud bajo la lupa de una probada especialista. La de México, no quiero dudarlo, está en veremos todavía, espero que el tiempo no nos alcance a los dos y nos demuestre lo avanzado de la enfermedad.
*Egresado de la UNAM, maestro universitario desde 1979, fue investigador del ICS, conferencista, articulista, inició su trabajo periodístico en la Revista Proceso, jefe de corrección primera plana de diario El Nacional, reportero y columnista; galardonado en varias universidades del país, 21 años trabajó en el sector público y conformó el SNIM en la Coordinación de Productos Básicos de la Presidencia de la República, se integró a la Univa en 1989 como catedrático investigador, cofundador del IDEO-UNIVA actualmente es coordinador de Comunicación y Publicaciones y del Consejo Universitario de esta Casa de Estudios en Puerto Vallarta.