Aprueba Senado en lo general miscelánea fiscal 2014.
Con 73 votos a favor y 50 en contra, el Pleno del Senado de la República aprobó este martes, en lo general, la minuta que contiene la miscelánea fiscal y que forma parte del paquete económico 2014.
La reforma contempla modificaciones a las leyes del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, Federal de Derechos, del Impuesto Sobre la Renta y del Impuesto al Valor Agregado, además abroga la del Impuesto Empresarial a Tasa Única y la de Depósitos en Efectivo.
Al fijar la postura del PRI, el senador Gerardo Sánchez García dijo que la reforma hacendaria tiene la finalidad de “tomar las riendas” para impulsar un política pro-cíclica, que fortalezca el crecimiento económico, combata la inequidad social, promueva mayores inversiones, genere empleos y permita que paguen más lo que más tienen.
“Se trata –enfatizó– de convertir el círculo vicioso del crecimiento de la pobreza en un círculo virtuoso, mejorando la distribución del ingreso”.
Dijo que se requiere una reforma para crear un sistema de seguridad social universal, con impuestos justos, más transparentes y simples, pero para ello, expresó, se requiere “romper viejos paradigmas” e impulsar un nuevo modelo económico que lance al país a mejores niveles de desarrollo, “donde lo que menos tienen y más necesitan sean los beneficiados”.
Por el grupo parlamentario de Acción Nacional, el senador Martín Orozco Sandoval expresó que hay sorpresa y decepción por la incapacidad del Ejecutivo, “pues no estamos frente a una reforma hacendaria sino ante un parche de miscelánea fiscal”.
Señaló que no se puede aceptar “por ningún motivo” un endeudamiento de 700 mil millones de pesos como propone el Presidente de la República; “advertimos, dijo, sobre el riesgo de recurrir de manera irresponsable al déficit”.
Hizo notar que no se está frente a una reforma de carácter social sino ante medidas paliativas que “toman el camino fácil del populismo a costa de los propios trabajadores y el regreso a un pasado de endeudamiento irresponsable”.
A nombre del PRD, el senador Alejandro Encinas Rodríguez dijo que ante la pretensión de privatizar los hidrocarburos, la electricidad, la renta petrolera y frente a la profunda inconformidad social que frenó el intento de generalizar el IVA en alimentos y medicinas, el Gobierno Federal “pretende imponer una política eminentemente recaudatoria para mitigar el boquete fiscal que implicaría el cambio de régimen impositivo de Pemex”.
Destacó que la mal llamada reforma hacendaria y social rompe con el dogma del déficit cero, alienta el endeudamiento nacional y carga –de nueva cuenta– la mano a los causantes cautivos, a los sectores medios y en particular al ingreso de los trabajadores, por lo que estamos ante una combinación de impuestos negativa.
Ello –agregó– tendrá efectos regresivos que alentarán la recesión económica y profundizarán la desigualdad social, además de que estas medidas no ayudarán a dar respuesta al nulo crecimiento de la economía, a la generación de empleos, a la recuperación de los salarios reales y a frenar la tendencia recesiva económica.
Calificó como deleznables las prácticas adoptadas en los últimos años donde se pretende condicionar la asignación de recursos presupuestales por el voto en favor de las reformas impositivas o que las cúpulas partidarias induzcan el voto de legisladores contra sus convicciones.
En tanto, el senador del PVEM, Luis Armando Melgar Bravo precisó que con los ajustes de la reforma se lograría un cambio de paradigma que permitirá construir un nuevo orden fiscal, “donde la redistribución del ingreso por la vía tributaria beneficiará a todos los mexicanos y el gasto público será el motor que genere infraestructura, empleos y desarrollo”.
Dijo que es una reforma social que va a cambiar el paradigma, “porque crea los cimientos de un camino que llevará a México en una dinámica de crecimiento económico, aunque en el corto plazo nos toque pagar los costos políticos”.
Por el PT, el senador Manuel Bartlett Díaz argumentó que el paquete de la reforma en primer término persigue legalizar la privatización del petróleo, la focalización y exclusión de los derechos sociales y grabar a los trabajadores, pequeñas y medianas empresas y sectores medios de la población, “dejando intactos los privilegios de los grandes contribuyentes”.
Afirmó que no existe reforma hacendaria como tal sino una miscelánea fiscal que aumenta impuestos a la población y endeuda a la nación. No es un cambio estructural sino una profundización del neoliberalismo y de la entrega del país a intereses contrarios a los nacionales, denunció.
“Un voto a favor de la reforma hacendaria es un primer paso para la privatización de la reforma energética, es un voto en contra de los intereses nacionales y de la soberanía del país y de traición a los más altos intereses de la patria”, advirtió.