Absceso dental: cuando un dolor de dientes podría terminar en neumonía
Imagina que un día, de la nada, sientes un fuerte dolor en uno de tus dientes que empeora al masticar y se extiende hacia la mandíbula al grado de evitar comer para que no te duela, tomas un analgésico, pero no parece mejorar, ¿qué harías? Lo ideal sería buscar ayuda de un especialista, ya que es muy probable que sea un absceso dental y si no lo tratas a tiempo podría terminar en neeumonía.
De acuerdo con la Asociación Dental Mexicana, nuestra boca alberga alrededor de 80 millones de bacterias, algunas causan enfermedades como la caries, periodontitis o incluso una infección bacteriana podría desarrollar un doloroso absceso dental, así lo indica la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
¿Qué es un absceso dental?
Un absceso dental es nada más y nada menos que una acumulación de pus en el centro de un diente por una infección bacteriana y duele como no lo imaginas.
Las causas pueden ser desde una caries o el astillamiento de una pieza dental que permite el acceso de bacterias a la raíz del diente al hueso que lo sostiene y podrías llegar a perderlo. Sin embargo, no es el único riesgo, una complicación podría desencadenar un absceso cerebral, inflamación en el corazón o una neumonía si la infección se propaga a los pulmones y esto puede poner en riesgo tu vida si no lo atiendes a tiempo.
¿Cuáles son los síntomas de un absceso dental?
El principal síntoma es sentir un dolor intenso, es continuo, como pequeñas palpitaciones agudas y punzantes, pero también existen otras señales de alerta:
Mal aliento
Sabor amargo en la boca
Dolor al masticar
Fiebre
Sensibilidad al frío o calor
Hinchazón de la encía sobre el diente infectado (parecido a un grano, pero en la encía)
Inflamación en los ganglios del cuello
Inflamación en la mandíbula (señal de alerta)
Si tienes algunos de estos síntomas, lo más recomendable es que acudas con un odontólogo lo antes posible, pero en lo que te da una cita, puedes aplicar el siguiente remedio para aminorar los síntomas, pero esto no significa que ya no debas acudir con un especialista, he, ¡no te confíes! Recuerda que las complicaciones son muy graves.
Agua con sal
La sal tiene propiedades antisépticas y antibacterianas, las cuales, pueden ayudar a reducir la inflamación bucal. Sólo necesitarás ½ cucharadita de sal y un vaso de agua tibia. Vierte la sal en el vaso y revuelve hasta que se disuelva, haz buches durante un minuto y posteriormente escupe esta mezcla, te recomiendo que lo repitas de tres a cuatro veces al día para reducir el dolor e inflamación.
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Una vez que acudas con el especialista, este deberá drenar el absceso para que la hinchazón y las incomodidades disminuyan, en caso de que no se pueda salvar el diente deberá extraer la pieza afectada y recetarte algunos antibióticos.
Ahora que ya saber qué es un absceso dental y sus complicaciones, escucha a tu cuerpo y no ignores los síntomas, recuerda que todo mal tratado a tiempo tiene solución ¡Cuidate!
Fuente: Salud180.com