17% de las papas fritas poseen agentes cancerígenos
Comer papas fritas puede contener una sustancia cancerígena denominada glicidamida, reporta un estudio de la Universidad de Estocolmo.
Hasta la fecha, se conocía que la glicidamida era obtenida por el cuerpo al metabolizar el hígado la acrilamida, que es, a su vez, otra sustancia química que se encuentra en las papas fritas y otros productos fritos a altas temperaturas.
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La glicidamida se produce a partir de que el aceite supera los 120 grados centígrados, aunque las concentraciones realmente peligrosas se cree que empiezan a partir de los 180 grados.
Otra sustancia también incluida en las papas fritas es la acrilamida, de acuerdo con información del Instituto NAcional de Cáncer de Estados Unidos y es igual de dañina que la glicidamida.
Se ha determinado que los métodos de cocinar a altas temperaturas, tales como freír, hornear o asar la producen.
Hervir y cocinar alimentos en hornos de microondas no producen esta sustancia química, aseguran expertos.
Los tiempos más largos de cocinado pueden también aumentar la producción de acrilamida cuando la temperatura de cocción es superior a 120 grados centígrados.
Disminuir el tiempo de cocción, sumergir las papas en agua hirviendo y realizar un secado posterior disminuye el contenido de acrilamida en algunos alimentos.
Recuerda que consumir los alimentos en su forma natural es lo mejor para tu cuerpo y evitar así, daños graves que pueden provocar las sustancias cancerígenas.
Aunque te parezcan deliciosas las papas fritas, piénsalo dos veces antes de volverlas a comer y evita secuelas en tu cuerpo por sustancias cancerígenas.
Fuente: Salud180.com