Enrique Barrios y Limón una vida de pasión a la danza
Puerto Vallarta
Wendy Díaz
El pueblo y gobierno de Puerto Vallarta reconocieron con el máximo galardón que brinda esta ciudad a quien ha sido un impulsor incansable de la danza y ha puesto muy en alto su nombre a nivel nacional e internacional, el profesor Carlos Enrique Barrios y Limón. Durante 65 años, se ha desenvuelto en el mundo de la danza impulsando la creación de importantes compañías y grupos de gran nivel en las que ha sembrado una semilla artística en miles de niños, jóvenes y adultos.
En 1990 el profesor Barrios llegó a Puerto Vallarta con una brillante trayectoria. Llegó a esta ciudad con la intensión de tomarse un descanso, sin embargo el 27 de julio de 1994 daría inicio a un importante proyecto con la fundación del Grupo Infantil de Danza Folclórica del DIF, que años más tarde se convertiría en el grupo folclórico Xiutla, palabra que de acuerdo con el entonces cronista don Carlos Munguía daba nombre a este lugar en la época prehispánica y que significa Lugar donde Crece la Hierba, por lo que retomando la historia de este puerto adopta el nombre de Xiutla.
Desde entonces ha escrito una prodigiosa historia junto a esta agrupación de la que han formado parte cientos de niños y jóvenes de todas las edades, que han crecido de la mano de esta compañía de danza folclórica en la que el profesor ha trabajado con gran entrega, amor y si recibir ninguna percepción económica al igual que su equipo de colaboradores, algunos de ellos pertenecientes al primer grupo de niños que conformó este grupo, solo la satisfacción de ser una parte importante en su vida.
Pero hablar del profesor Enrique Barrios y Limón es remontarse a sus inicios en la danza. Nacido en la ciudad de México, desde muy pequeño llegó a vivir al puerto de Veracruz en donde a los 12 años por indicación médica, se adentraría en esta actividad que más tarde se convertiría en su verdadera pasión.
“Yo tuve algunos problemas de salud desde muy niño y por cuestiones médicas me recomendaron que hiciera mucho ejercicio, en la primaria comencé a bailar a los 12 años pero no bailaba yo porque quisiera ser bailarín sino porque era una prescripción médica; entonces empecé a bailar en cuadros, en ballets completos muy importantes de corte mexicano, en una serie de producciones importantes y esto lo manejaban nuestros directores de la escuela, que eran gente con una capacidad especial y una proyección soberbia”, señaló.
Fue precisamente por la capacidad que demostró en la ejecución de los bailes, que por recomendación del director de su escuela, fue becado por el Instituto Nacional de Bellas Artes recibiendo la oportunidad de prepararse en la escuela La Esmeralda y en la Academia Nacional de Danza Mexicana, en donde estudió por siete años para maestro de folclor, cursando materias como historia, geografía, gastronomía, indumentaria, artesanías, entre otras más que complementaban su plan académico.
Ya como bailarín estaría una corta temporada en el ballet folclórico de Amalia Hernández y después en el Ballet Folclórico de la Ciudad de México. Posteriormente formaría su propia compañía de danza con la que recorrería gran parte del continente Americano, Europa y Japón. Más tarde trabajaría con Margarito López Portillo en la Comisión Federal de Electricidad, manejando ocho estados del país en los que formó 38 grupos de danza, de coros, teatro, y artesanías, para los empleados de la dependencia federal.
Después en Tlacotalpan, Veracruz, fundaría y sería el primer director de la Casa de la Cultura ‘Agustín Lara’, para más tarde trasladarse a Brasil a las escuelas de samba, y a Argentina. En Veracruz también formó dos compañías de danza con las que tuvo la oportunidad de viajar a Rusia.
“Este año cumplo 65 años dentro de la danza, pero puedo decir que haciendo una retrospectiva de mi vida, Dios ha sido muy bondadoso conmigo, me ha dado tantas bendiciones porque toda mi vida he hecho cosas que se han realizado, he tenido siempre resultados positivos y sigo teniéndolos y soy un ser humano feliz”, expresó y asimismo, reafirmó su respeto hacia quienes han sido promotores y creadores culturales en esta ciudad en sus diferentes ámbitos y que como él, tienen como único interés a Puerto Vallarta y trabajan por su comunidad.